Tan distinta a mi, pero muy parecida a lo que siempre quise… nunca creí que seria posible que salieras de mi mente y te materializaras, que fueras el vivo retrato de quien alguna vez soñé, de quien algún día puso en tela de juicio mi cordura, si es que alguna vez la he tenido.
Tan demente como psicópata, tan hermosa como sarcástica. Justo cuando pedía en mi lista de navidad una nueva ilusión, desechar las que se terminaron en convertir en desilusiones, me canse de cargar con ellas. Quería esperar mas, ¿esperar que? Tal vez, esperar a tener unas cuantas palabras con ella, pero en el fondo en ese momento sabia que no quería saber nada de ella, no me importaba su pasado… el pasado no era lo importante, lo importante, era que por fin encontré a la culpable, a los ojos azules que en cada sueño iluminaban como unos faros alójenos.
Sospeche que en el momento que volteara a ver esos ojos ya no desearía ser una estrella, que ya no desearía estar en aquel lugar lejano y poder estar si quiera, al lado de esa persona. Lo que sospechaba, solo por un instante fue realidad.
De repente la duda me invadió, ¿Por qué? La bendita pregunta que por primera vez no me preocupe de buscarle una respuesta, la única respuesta era que al final de todo pasaría lo que YO quería que pasara. Así que deje de pensar, “que por pensar tengo un millón de cicatrices, por paranoias yo me hice esas heridas en mi interior…” prefiero que las cosas sigan su curso ya después pasara algo para bien o para mal.
La ironía se apodero de ese momento, la interrupción fue perfecta, fue algo de lo cual por primera vez no me puedo quejar… tal vez deba conocer mas mis sueños, para no estrellarme como lo he hecho antes.
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